
Y es que, según los datos ofrecidos por la delegación de Salud de la Junta de Andalucía en Almería, en 2010 se registraron 20 casos de agresión a personal sanitario, de las que 7 fueron agresiones físicas y 13 de carácter verbal. Una cifra que muestra un leve descenso del número de ataques respecto a 2009, donde se dieron 31 agresiones –13 físicas y 18 verbales–.
La disminución de casos se debe fundamentalmente a las medidas impulsadas por distintos organismos que desde hace años intentan acabar con casos como el registrado en marzo de 2010 en El Ejido, donde un hombre amenazó y rompió la nariz a un médico del Hospital de Poniente.
Timbre atipánico
Entre las medidas para combatir los ataques a facultativos sanitarios se encuentran las establecidas por la delegación de Salud que giran en torno a dotar a médicos, celadores y enfermeros de medidas de seguridad. Herramientas como los llamados timbres antipánico –200 en toda la provincia–, unos dispositivos instalados en las consultas de los hospitales y los centros médicos para dar la alarma ante cualquier tipo de agresión. Junto a estos, Salud ha instalado más de 50 cámaras de seguridad y ha puesto a vigilantes de seguridad en distintos de centros sanitarios de Almería. Junto a estos mecanismos de defensa, también se han dotado a los sanitarios de formación para que aprendan a actuar ante situaciones de estrés con los pacientes, para que en la medida de lo posible evitar una posible agresión. Además, los Colegios Oficiales de Enfermeros y Médicos de Almería, así como la delegación de Salud, presta un servicio gratuito de asesoría y apoyo jurídico.
No se denuncia por miedo
Desde el Colegio de Médicos de Almería, a través de su secretario, Antonio Romero, explica «que hay muchas agresiones a sanitarios que no se denuncian por miedo o porque los propios agresores huyen tras el ataque y no se pueden identificar». Pese al descenso de casos respecto a 2009, Romero comenta que «las agresiones no se pueden consentir» y que además de las medidas para evitarlo, «hace falta que los ciudadanos sepan que además de los derechos que tienen para recibir sanidad gratuita, tienen el deber de respetar a los profesionales que la proporcionan».
Según el Observatorio de Agresiones realizado por la Organización Médica Colegial, el número más alto de agresiones en Almería se registra en el Servicio de Urgencias del Hospital Torrecárdenas, así como en los Centros de Salud de Alhama de Almería, y en los Centros de Salud de Plaza de Toros y Alcazaba de la capital.
La disminución de casos se debe fundamentalmente a las medidas impulsadas por distintos organismos que desde hace años intentan acabar con casos como el registrado en marzo de 2010 en El Ejido, donde un hombre amenazó y rompió la nariz a un médico del Hospital de Poniente.
Timbre atipánico
Entre las medidas para combatir los ataques a facultativos sanitarios se encuentran las establecidas por la delegación de Salud que giran en torno a dotar a médicos, celadores y enfermeros de medidas de seguridad. Herramientas como los llamados timbres antipánico –200 en toda la provincia–, unos dispositivos instalados en las consultas de los hospitales y los centros médicos para dar la alarma ante cualquier tipo de agresión. Junto a estos, Salud ha instalado más de 50 cámaras de seguridad y ha puesto a vigilantes de seguridad en distintos de centros sanitarios de Almería. Junto a estos mecanismos de defensa, también se han dotado a los sanitarios de formación para que aprendan a actuar ante situaciones de estrés con los pacientes, para que en la medida de lo posible evitar una posible agresión. Además, los Colegios Oficiales de Enfermeros y Médicos de Almería, así como la delegación de Salud, presta un servicio gratuito de asesoría y apoyo jurídico.
No se denuncia por miedo
Desde el Colegio de Médicos de Almería, a través de su secretario, Antonio Romero, explica «que hay muchas agresiones a sanitarios que no se denuncian por miedo o porque los propios agresores huyen tras el ataque y no se pueden identificar». Pese al descenso de casos respecto a 2009, Romero comenta que «las agresiones no se pueden consentir» y que además de las medidas para evitarlo, «hace falta que los ciudadanos sepan que además de los derechos que tienen para recibir sanidad gratuita, tienen el deber de respetar a los profesionales que la proporcionan».
Según el Observatorio de Agresiones realizado por la Organización Médica Colegial, el número más alto de agresiones en Almería se registra en el Servicio de Urgencias del Hospital Torrecárdenas, así como en los Centros de Salud de Alhama de Almería, y en los Centros de Salud de Plaza de Toros y Alcazaba de la capital.
Fuente: www.ideal.es